No hay caminos cuando la luz de mis expectativas no quiebra con alegría. La paz interior se desanima en cada visita a tus escritos. Me doy cuenta de que tu ya no sientes fervor por enviar unas líneas que a mi me sientan a aire.
Mi parte prometida para cuando no me necesites me ha llegado. Sé que debo estar preparada para que no lo notes, pero en mi interior las llamas te invocan una y otra vez.
Sé que no habiéndote perdido, no te tengo. Sé que tus lazos, mi tesoro, se han perdido, quizás para siempre.
Hoy escribo, porque no puedo contarlo a nadie más que a mi mismo y a ti, si algun dia me lees y te reconoces. Sólo tu sabes que lo que escribo es eterno, como lo fue lo vivido contigo, lo compartido, lo soñado y lo despierto.
Queda el recuerdo, pero duele, entre lo dulce, duele.
jueves, 1 de marzo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario